El mal uso de la Declaratoria Universal de los Derechos Humanos

En Bolivia, escribir sobre este tema, tomaría completar un libro de grueso calibre; así que por el momento voy a referirme solamente a algunas generalidades de lo que observo en diferentes entornos de nuestra actualidad.

Empecemos, como no, con nuestro infame grupito autodenominado defensor oficial de los derechos humanos en Bolivia; la “Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia (APDHB)” cuyo nombre le queda definitivamente demasiado grande y que pese a ser una de cientos de ONG’s que dice defender los derechos humanos en el país, es la que más notoriedad a ganado y la que sale en todos los periódicos y en la televisión. Y no me entiendan mal, el grupo empezó bien, durante la dictadura de Banzer, defendiendo los derechos humanos de los presos políticos y los bolivianos en general. Pero por desgracia, el boom de las ONG’s en los 90’s politizó de tal manera este grupo de amigos que empezaron a enfocarse en la “imposición” de los derechos humanos de los que ellos consideran nativos originarios pre coloniales sobre los derechos humanos de la mayoría mestiza Boliviana. Su politización a llegado a tal extremo que hoy en día son solo un apéndice del régimen mazista, su silencio ante los avances autoritarios para perpetuar al tirano hablan por si solo.

Ya que estamos en el tema político, debo confesar que una de las cosas que me causa mucha gracia, pero al mismo tiempo cierta preocupación, es la utilización de la defensa de los derechos humanos por parte de los nuevos comunistas de hoy en día, autollamados socialistas del siglo XXI y que generalmente tienen un fuerte engrudo de fascismo indigenista. Es muy interesante como se llenan la boca con el asunto de la libertad de expresión y del derecho a manifestarse, cuando, si les llega a tocar el turno de gobernar, lo que más les molesta y lo primero que atacan es a ambos derechos. Podemos ver claramente los tremendos problemas que se hacen con la prensa libre los dictadores socialistas de Bolivia, Perú y Ecuador. Un ejemplo callejero me lo dio una muchacha en la plaza principal de Cochabamba, acompañada de un gringuito, que pedía a los transeúntes de turno que firmara un libro de actas para su ONG, que pregonaba la defensa de los derechos humanos. Uno de los aludidos al lado mío le pregunto que tipo de país estaban ellos buscando con su ONG y ella respondió, uno hermoso como Cuba; se imaginan!!! Ustedes creen que ella no tenia ni idea que en Cuba la hubieran metido a la cárcel para diversión de la tropa si se atrevía a poner la mesita en la plaza principal de La habana?

Por último, esto de la autonomía como un tema de descentralización, cosa que apoyo firmemente como un verdadero sistema de cambio en el país; conlleva a informar inadecuadamente sobre los derechos humanos por parte de organizaciones que no tienen problema de llegar a la independencia de poderes a través del uso de la fuerza. Un ejemplo claro es la Nación Camba, que utiliza a la declaración de Argel, que no está para nada aprobado, consensuado o promovido por las Naciones Unidas, para justificar el posible uso de las armas en caso de que un gobierno no les acepte el estatus autonómico, que en el caso de esta organización, es un paso a la independencia del departamento de Santa Cruz. Ellos bien saben que la declaración de Argel es solo una declaración emitida por un grupo de amigos, de unas ONG’s ni más ni menos, de lo que consideran interpretan respecto a la Carta Internacional de las Naciones Unidas, que comprende la Declaración de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). En ningún momento van a encontrar que la comisión de los derechos humanos en las Naciones Unidas van a aceptar el uso de la fuerza o de la violencia como pretexto para defender los derechos humanos.

Así estamos, pero por que queremos!